Municipio situado al este de la provincia de Córdoba, en el lí­mite con la de Jaén. La mayor parte del mismo se sitúa en la falda de Sierra Morena, haciendo el rí­o Guadalquivir de frontera con la campiña. Son, por tanto, la sierra, el rí­o y la campiña los tres elementos que determinan el paisaje.

La primera forma parte del Parque Natural de la Sierra de Cardeña y Montoro, y en ella nos podemos encontrar una vegetación de encinas, acebuches, pino piñonero, marí­timo y una población de roble melojo, rara en Andalucí­a. Es también una zona de gran valor fauní­stico y cinegético y ganadero. El segundo, que circunda el pueblo, es el eje del paisaje, de la vida y de la historia del mismo; por la belleza del meandro se le conoce también como el Toledo Andaluz. La tercera, poblada de olivos, nos sitúa en un entorno propiamente cordobés.

La población, de pasado ibero, griego, romano, musulmán, está situada sobre una pequeña elevación que domina el curso del rí­o que la divide en dos barrios, ofreciendo una estampa inconfundible.

Declarada Conjunto Histórico Artí­stico en 1969, reúne multitud de alicientes y atractivos turí­sticos para visitar, como el puente sobre el rí­o, la Iglesia de San Bartolomé, la Casa de las Tercias, sus calles empinadas de casas blancas, o la Torre de Villaverde. Su Semana Santa, declarada de Interés Turístico, alcanza su mayor esplendor la tarde del Jueves Santo con la presencia del Imperio Romano. Es una de las poblaciones incluidas en la  Ruta Bético Romana.